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EL VIENTRE VIEJO Y EL VALOR DE LAS HECES Éramos jóvenes. Cuando regresábamos de la improductiva jornada lectiva, entónabamos la siguiente canción desde la fila trasera del autobús universitario, que descendía acelerado desde el Campus de Elviña por Alfonso Molina: Vientre mayor, vientre menor, todos los vientres vacío yo. Defecación o micción, tu decides es tu elección. Si tienes diarrea no comas peras verdes te irás por la pata abajo y te caerá el vientre. No era infrecuente abortar la canción, entre las risotadas que nos entrecortaban el aliento, con testigos de excepción ojipláticos, la ralea coruñesa apretujada entre vaivenes .  La canción era inexacta, el buen ritmo y mejor métrica aconsejaba decir "peras verdes", cuando lo suyo en exactitud sería informar "peras maduras", "peras pasadas" o su equivalente. En todo caso, a los veinte años, tierna edad infantil, el estómago de uno permite implarse a discrección, acudir al excusado y evacuar monumentos e